No recuerdo haber presenciado nunca antes la salida de la Hermandad de la Trinidad.
Este año almorzé temprano y me fui hacia la Ronda de María Auxiliadora, llegando justo a tiempo para ver salir por la puerta del compás el primero de sus pasos, el Sagrado Decreto de la Santísima Trinidad.
Numeroso público presenciaba la salida de la Cofradía.
Este paso alegórico representa el Misterio de la Santísima Trinidad, Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.
Esta figura con los ojos cegados por una cinta representa a la Fe.
Detalle del rostro de la figura de Jesús, representado después de su Sagrada Resurrección, con las llagas y portando el Santo Leño de la Cruz.
En el frente del paso el Arcángel San Miguel atacando con una lanza a un dragón que representa el pecado.
Sabor de cofradía de barrio en la tarde del Sábado Santo.
Estas antiguas naves de la Ronda que se conservan felizmente han visto pasar durante muchos años los pasos de la Trinidad camino de la Catedral.
A pesar de las múltiples restauraciones que debe haber sufrido en el transcurso de los años la figura de Dios Padre, representado por un anciano barbudo y canoso, no puede negarse la impronta montañesina que conserva.
La matrona dormida representa a la Santa Madre Iglesia.
El paso del Cristo de las Cinco Llagas se acerca al arco de salida del recinto salesiano.
Momento justo de la salida por el arco.
El actual Cristo de las Cinco Llagas fue tallado por Luis Álvarez Duarte, estrenándose el año 2002.
La imagen de Nicodemo es obra de Antonio Dubé de Luque en 1998.
Las Tres Marías que aparecen en el paso son imágenes anónimas del siglo XIX.
El paso discurre junto a los Jardines del Valle.
La Sagrada Imagen de María Santísima de la Concepción fue realizada en 1938 por Antonio Bidón Villar.
En los últimos años porta una magnífica diadema perteneciente a la Virgen de las Angustias de la Hermandad de los Gitanos, magnífica pieza salida del taller de Ramón León.
El paso dando la vuelta hacia la calle Mateos para dirigirse al centro de la ciudad.
El paso de palio de la Virgen de la Esperanza en toda su plenitud.
Pasando junto al precioso edificio del antiguo Laboratorio Municipal.
Una de las más bellas Dolorosas de la ciudad.
Detalles de las magníficas bambalinas.
El paso de Cristo discurre junto al trozo de muralla recientemente descubierto en la Puerta Osario al derribar una casa antigua.
Poco a poco llega a la Plaza Jerónimo de Córdoba, donde le espera Pepe Perejil cantando su eterna saeta de bronce.
Lo acompañé hasta Santa Catalina.
Por la noche, ya de vuelta a casa, pude presenciar el paso de la Virgen de la Esperanza desembocando en la plaza de San Leandro y por la calle Francisco Carrión Mejías hasta casi su llegada a Santa Catalina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario